viernes, junio 01, 2007

melancolía contemplativa en el parque de barrio ...


El árbol "proyecta en la ventana las sombras de sus verdes dedos". Esto también me será muy útil. (..) "El lago de mi mente, libre de remos, respira plácidamente y no tarda en sumirse en aceitosa somnolencia". Esto también me será útil"
Virginia Woolf. En “Las Olas”.



Emerge desde la piel difusa de un ensueño intemporal aquella sensibilidad germinadora de atributos, abierta a dimensiones hedónicas y visiones contemplativas de esferas celestes, “cuerpos de luz corriendo en pleno cielo, cristales ..” (en “Amor Amarillo”, Gustavo Cerati) .. Se fusionan el cielo y el suelo, la superficie de la piel terrestre y el éter, y el prado donde podemos recostarnos a respirar pensamientos destellantes y hondonadas de vacío se hace blando ante el calor del espectro; pieles entre pieles, una fricción inmanente de energías nucleares..

Se abre el abanico transdimensional de la mente, como un límite derritiéndose en los rígidos esquemas del “cronograma monolineal y sus agendas urbanas modernas” frente al campo sintérgico, “matriz informacional que todo lo envuelve” .. así como se genera el sentido del orden hegemónico tras una construcción racional en un paradigma logocéntrico como el nuestro, en esta sociedad febril y obsesiva por un bienestar que se busca afuera -cuando, en realidad quizás, el “estar bien” vibra como “un pulsar adentro” y, en bucles, se retroalimenta con el resto- ..

Y, se plasma el “continuum del laberinto”, el trayecto inacabado que alcanza el umbral de otras vibraciones en nuestro espectro electromagnético, estados de la mente en flujo de conexión con el espacio manifiesto de la naturaleza, nuestro ambiente por excelencia, el fenómeno cuasi-tangencial de ser uno con todo, y expresarse a través de sí mismo con los otros, la mirada de los viandantes .. y, vaya sensación, los demás seres humanos y no-humanos, convencionalmente ajenos y destituídos de su ánima por nuestra razón utilitaria y veloz aceleración del “motor enajenante” (“desencanto”, “desidia”, “esclavitud hegemónica”), se tornan paulatinamente en imagen de vecinos .. es un “concepto sensible”: sólo reside allí, donde está lo invisible a nuestra mirada racional, y se corresponde con un flujo espontáneo, desprevenido, que supera los prejuicios y los deshila de su propia trama engañosa ..

Y tras ese lapso, arribando a una “curiosa dimensión de melancolía contemplativa”, se dirige la mirada en torno a un parque oblicuo a las centralidades urbanas contemporáneas, más allá de la misma periferia en su propio espacio, elevándose sobre el mapa, haciéndolo un arte del placer, un instrumento de la ensoñación, ventana de apreciación del paisaje más cercano, en fricción con su propia “techné” .. el paisaje también es un artista, pues se funda en nuestro reflejo y nos refleja, y se hacen difusos el sujeto y el objeto -omnijeto-, el ojo nuestro y el espacio de la realidad, nuestro contorno urbano, la trama de interacciones y vínculos ..

Y, en el “lapso del lapso”, en su matriz germinadora y caótica del devenir auto-contenido, auto-poiético, seduce, con su aura de encantamiento, el espacio en su composición sonora de cánticos interpretados por aves y brisas del viento; de repente el rocío humedece los labios al susurrar la hierba tras desenrollados giros del cuerpo -como las “vueltacanelas” típicas de la infancia, ¿metáfora inmersa en el “rock´n´roll”?- …

La mirada se mece, a merced de las caricias del viento, y el árbol filtra la luz reflectada por la atmósfera, a través del dosel .. un bellísimo fractal, apreciación gratuita, sin transacción monetaria al menos hasta hoy, acto estético que solo implica abrir el corazón, expandir el espectro sensible y vibrar con la danza de fragmentos brillantes como la pantalla de un evento íntimo de parque, un regalo ofrecido por los árboles, un tributo mutuo entre el observador y su paisaje observado … un “efímero” aura de seducción, proyectado y auto-reproducido mediante “canales perceptivos” sostenibles en estados de flujo in-conciente …

Como si se tratase -el parque- de un “área relacional de recarga energética desde al ambiente hasta el espectro sensible humano”, la interacción de nuestra mirada con el paisaje de un escenario tan acogedor como el propio de un parque barrial se convierte en atributo de una “zona tensora”, de atención clave: un “espacio cognitivamente construído” en torno a los “imaginarios de bienestar auto-generados” .. desde adentro ..


Parece que el mundo entero fluya y se curve: en la tierra los árboles y nubes en el cielo. A través de las copas de los árboles, alzo la vista al cielo. Débilmente, entre las suaves nubes blancas, oigo el grito: “Corre!”, y oigo el grito: “¿Y ahora qué?” Si este azul estuviera ahí siempre, si este vacío se conservara siempre, si este momento durara siempre…
Virginia Woolf. En “Las Olas”.




por fractalab
el laboratorio se reserva su visión personal, abierta a las sensibilidades de otros ..
no compromete a terceros en sus juicios críticos implicados ..
los escritos como éste del “post” responden a la naturaleza íntima de vibración e imaginarios emergentes: ello obedece a la auto-generación de lo que el laboratorio ha dado en llamar “conceptos sensibles” ..